determinismo

El determinismo pretende mostrar que los sucesos históricos a gran escala no pueden salirse de un curso específico que apunta en un sentido igualmente específico: el Imperio Romano había de disolverse, la sociedad industrial había de nacer en Inglaterra, el Imperio Chino había de anquilosarse. Estos hechos obedecen a causas, e investigar estas causas necesarias podría incluso proporcionarnos enseñanzas prácticas a la hora de afrontar un futuro que se regirá igualmente por causas necesarias. Aquí no se pretende negar cierto determinismo. Muy al contrario, la doctrina nazi estaba condenada, como el comunismo soviético, a acabar siendo barrida del curso histórico (aunque recordemos que la debacle del comunismo soviético al final del siglo XX no fue prevista por nadie) y todo parece indicar que sí existe un curso de desarrollo histórico que apunta a la instauración gradual de mayores controles de la violencia social que permitan una cooperación humana más eficiente para el beneficio del mayor número posible de individuos. Evidentemente, la ideología nazi cumplía estos requisitos todavía menos que el marxismo soviético ya que, al basarse en una doctrina racial, la mayor parte de la humanidad habría debido de verse necesariamente perjudicada por el dominio de la supuesta raza superior. Pero donde el determinismo histórico sí se equivoca lastimosamente es en el tratamiento mítico dado a la Segunda Guerra Mundial con posterioridad a 1945. No solo en obras de ficción escritas o audiovisuales, sino también en libros de historia, se nos muestra el resultado final de la guerra –la dramática derrota de Hitler y sus aliados japoneses- como una especie de western, donde los buenos derrotan a los malos gracias a su habilidad con las armas. Es como si pretendiesen tranquilizarnos demostrándonos que los malvados, por serlo tanto, están incapacitados para ganar las guerras. Se nos pretende convencer de esto arguyendo complicados razonamientos sobre economía, política u organización administrativa. Esto es absurdo. Hitler pudo ganar. Pudo ganar incluso cuando ya estaba en guerra, a la vez, contra la Unión Soviética, los Estados Unidos y el Imperio Británico, y, de hecho, es sorprendente que no ganara. Una sociedad totalitaria y militarista como la de la Alemania nazi poseía los medios suficientes para alcanzar ese triunfo y, si no fue así, se debió única y exclusivamente a la pura casualidad de que un solo hombre no tomó en un determinado momento una sola y lógica decisión; esta decisión habría sido de tipo meramente militar, estratégico, en absoluto afectada por la ideología ni por las condiciones económicas y sociales. El nazismo, por supuesto, hubiera acabado fracasando, pero no tal como sucedió en realidad, al cabo de una especie de gran espectáculo bélico en el cual los justos vencieron a los malvados. El bien se impone al mal, sí, muy probablemente, pero la guerra es un terreno para el cual el mal, a veces, está mejor cualificado. Es un hecho que, de todas formas, fue la Unión Soviética, un régimen tan totalitario y casi tan maligno como el III Reich, quien acabó derrotando a la Alemania nazi (y aquí no es el lugar para discutir si hubieran podido hacerlo sin ayuda). El relato que extensamente se presenta en este espacio comienza, pues, con la toma por Hitler de una sola decisión concerniente a una determinada iniciativa estratégica de tipo militar (esencialmente, cerrar el Mediterráneo con el fin de que la flota italiana entre en el Mar Negro). Es conveniente seguir el relato desde el principio con ayuda del Índice, y para su comprensión más exacta es preciso informarse lo mejor posible acerca de los sucesos de la historia militar de la guerra. Se acompañan los episodios de una Cronología, donde se diferencia lo real de lo ficticio, y se aportan algunos links útiles (la Wikipedia es muy completa y contiene pocos errores). La historia militar abarca cuestiones sociales, políticas y económicas (incluso geográficas), así que puede resultar también instructivo en muchos otros aspectos. Cuenta, asimismo, con un componente lúdico… y este mismo componente lúdico conlleva las correspondientes implicaciones psicológicas y sociales.

martes, 2 de septiembre de 2014

35. La guerra civil india

  Los primeros contactos entre la Liga Musulmana de la India y los nazis se producen en el verano de 1943, después de que Rommel conquiste Jerusalén y Damasco, y en plena ofensiva nazi en el Cáucaso.

  A Mohamed Ali Jinnah, máximo líder musulmán de la India, el entusiasmo de los musulmanes árabes, persas y turcos por Hitler no puede serle indiferente. El objetivo de la Liga Musulmana es crear un estado musulmán en la India una vez los ingleses se retiren como potencia colonial. Este estado musulmán (el Pakistán) constaría, como mínimo, de dos grandes territorios geográficamente distanciados: Pakistán occidental, a lo largo del valle del Indo, y Pakistán oriental, en Bengala (y tal vez también en Assam). Allí vivirían los aproximadamente cien millones de musulmanes indios, segregados de los otros trescientos millones de indios de otras religiones (muy mayoritariamente hindúes) con los que comparten, de momento, la condición de súbditos del Imperio inglés en el subcontinente (el Raj).


                              Mohamed Ali Jinnah, líder de la Liga Musulmana de la India y primer presidente de Pakistán



  Para Jinnah, al principio de la guerra estaba claro que la mejor forma de conseguir esta meta era apoyar a los británicos en la conflagración, mientras que el Partido del Congreso Indio (formado casi completamente por hindúes) abogaba por la neutralidad y la salida inmediata de los británicos de la India (e incluso un dirigente político hindú, Golwalkar, líder del RSS, llegó a mostrar admiración por Hitler y su ideal de pureza racial). La Liga Musulmana, por su parte, pospondría sus objetivos políticos hasta después de la guerra, durante la cual iban a luchar lealmente con los aliados. De hecho, la mayoría de los soldados del ejército anglo-indio no son hindúes a pesar de que los hindúes son la mayoría de la población (dos tercios, aproximadamente). Entre tropa y oficiales predominan los musulmanes, sikhs y gurkhas nepalíes.

  Claro que ésta era la posición mientras se creyó que el Imperio Británico iba a seguir siendo tan invencible como siempre. Pero con Rommel en Damasco, Manstein en Bakú y los japoneses en Birmania, las expectativas están cambiando.

  El 80 % de los soldados indios hechos prisioneros por los japoneses en Singapur, en febrero de 1942, eligieron renegar y pasarse al Ejército Nacional Indio que lidera Bose, un ex-dirigente del Partido del Congreso que en 1943 colabora abiertamente con los japoneses. Ahora bien, Bose y los japoneses quieren una India unida, igual que el Partido del Congreso, algo que, por tanto, no interesa a la Liga Musulmana, de modo que, en lo que se refiere a alcanzar un acuerdo con los japoneses, los partidarios de la India unida han llegado antes. Para los musulmanes indios no parecería haber, de momento, más opción que seguir en el bando aliado.

  Sin embargo, los emisarios nazis que llegan a la India desde Afganistán y entran en contacto con Jinnah, a finales del verano de 1943 (tras la toma de Bakú) tienen una visión distinta. Se trata de indios musulmanes que han estado en Alemania y hablado con los dirigentes nazis. La mayor parte de ellos han sido prisioneros de guerra indo-musulmanes capturados por Rommel en el Norte de África (en un principio, integrados en unidades del Ejército Nacional Indio establecidas en la Europa nazi, todas afines a Bose, siendo entonces minoría los musulmanes; pero tras la caída de Egipto han sido integrados por los alemanes en grupos exclusivamente musulmanes). Lo que proponen es bien simple: Hitler apoya a los musulmanes, y los japoneses apoyan la India unida…, pero los japoneses están perdiendo la guerra del Pacífico frente a los americanos, mientras que los nazis están avanzando desde el este del Mediterráneo más y más hacia el interior de Asia. Y puesto que los nazis apoyan a los musulmanes árabes y turcomanos, y también cuentan con las simpatías de los persas, ¿por qué no van a apoyar asimismo a los musulmanes indios? Hitler convencerá fácilmente a los japoneses para que estos también pasen de promover una India unida a favorecer una India dividida. La fuerza más temible ahora en Asia no es Inglaterra ni Japón, sino Alemania. Lo que quiere Hitler por encima de todo es echar a los británicos de la India. Quiere también que cuanto antes las divisiones indias (en 1943 son más de un millón de hombres que integran treinta divisiones) dejen de luchar contra el Eje.

  Hitler asegura no tener interés colonial alguno en la India y, para muchos, esto es creíble: el imperio colonial que Hitler quiere ha de estar en el Este de Europa, y todo lo demás no es asunto suyo. Así pues, ahora Hitler es el aliado ideal de los musulmanes indios, mucho más que los británicos y también más que los japoneses. Y está informado de que, aunque los hindúes son la mayor parte de la población de la India, suponen una minoría dentro del ejército indio...

    Por otra parte, los emisarios informan de que, en los meses anteriores, los especialistas en cuestiones orientales de los nazis están barajando otras opciones para la India, aparte de la Liga Musulmana. Saben, desde luego, que ésta es la organización musulmana antiimperialista más poderosa del subcontinente, pero también saben que, a medida que los nazis cosechen más éxitos, más militantes reunirán los líderes musulmanes pro-Eje que ya se han posicionado. Uno de ellos es el líder pastún -del noroeste de la India- Faqir Ipi, que ya desde antes de la guerra ha establecido guerrillas antibritánicas. Si su causa amplía su apoyo gracias a los éxitos militares nazis, puede elegir entre aliarse con Afganistán o con la Liga Musulmana, o incluso optar por la independencia de los territorios pastunes en la región de Waziristan. Otra opción es el conocido como mufti Kifayatullah, un erudito islamista antibritánico del centro de la India que cuenta con gran prestigio y que también ha optado por los nazis.

   Jinnah escucha todo atentamente y, tras meditarlo, hace después circular rumores entre sus partidarios. Especialmente entre los que son jóvenes oficiales y suboficiales del ejército indio. A finales del verano de 1943 los nazis han llegado al Mar Caspio y nadie duda de que Rommel va a lanzarse sobre Bagdad, llegando muy cerca de Persia. Más allá de Persia está la India, propiamente, la región más musulmana de la India.

  La gran ofensiva de Rommel le permite conquistar Bagdad a primeros de diciembre. Sin embargo, no se trata de una victoria completa, por lo que Jinnah juzga que la situación en Asia aún no está clara. Solo si los alemanes conquistan Persia se decantará finalmente por ellos. De momento, no puede romper públicamente su alianza con los británicos.

  En Washington, por otra parte, ya desde hace tiempo las autoridades norteamericanas se han mostrado a disgusto con el talante reaccionario del primer ministro británico acerca de la India. El futuro de la India, consideran los norteamericanos, es la independencia, y ahora, con los alemanes avanzando más y más hacia la frontera occidental del subcontinente indio, la cuestión no puede posponerse.

  La victoria de Rommel en Bagdad, en diciembre de 1943, supone un punto de no retorno, y Roosevelt se lo deja bien claro a los británicos: lo vital es que las divisiones del ejército indio sigan combatiendo con los aliados. No se trata ya de la supervivencia del Imperio británico, sino de la supervivencia de las democracias en el mundo: debe negociarse con el Partido del Congreso inmediatamente.

  Churchill se resigna, pues, a enviar de nuevo a Stafford Cripps a Asia con una misión muy concreta: negociar la independencia de una India unida que luche del lado de los aliados.

    Sir Stafford Crips, influyente político laborista británico en la segunda guerra mundial

   Cripps, uno de los políticos de izquierda más populares en Gran Bretaña, ya hizo una visita fracasada a la India en la primavera de 1942, esperando que los líderes indios (el Partido del Congreso, sobre todo), aceptaran cooperar militarmente con los aliados a cambio de una promesa de autonomía una vez acabada la guerra. Tras el desastre británico de Singapur, sin embargo, los dirigentes del Congreso exigieron el abandono inmediato de la India por parte de la potencia colonial.

  Cuando Cripps llega de nuevo a Dehli y es recibido por el Virrey (general Wawell), a finales de diciembre de 1943, Jinnah, el líder de la Liga Musulmana, ya ha hecho saber a los agentes nazis en Afganistán que en cuanto las tropas alemanas liberen la capital de Persia de los colonialistas (británicos) y los comunistas (rusos), él pondrá en marcha su rebelión (en realidad, ha dicho también que ello dependerá de las condiciones reales, pues Jinnah es consciente de la solidez del poder británico en la India).

  Por su parte, lo que Cripps propone ahora al Partido del Congreso, como resultado de la presión de los Estados Unidos, es exactamente la contrapropuesta que dos años antes no tuvo más remedio que rechazar: la independencia inmediata de la India… a cambio de que el nuevo Estado se alinee con los aliados contra el Eje.

  Nehru, máximo dirigente del Partido del Congreso, sin embargo, insiste, de principio, en que la nueva India sea neutral. Aunque es un ferviente antinazi y rechaza la brutalidad japonesa (también es un amigo de China), sabe que la guerra la están perdiendo los aliados y también está informado de que los musulmanes indios podrían apoyar a Hitler.


  Nehru, líder del Partido del Congreso de la India, principal fuerza política del subcontinente

  La India independiente habría de declararse neutral, aunque podría cooperar con los aliados en ciertas cosas, y esto ya sería valioso, pues para el mantenimiento del enorme ejército aliado en el Golfo Pérsico es necesario el apoyo de los puertos occidentales de la India; además, Nehru no quiere abandonar a China y sabe que para los chinos es imprescindible que los americanos puedan seguir enviando suministros a través de la India.


                     Las líneas de abastecimiento aéreo aliado a China desde la India

  En cualquier caso, los dirigentes del Congreso consienten en no reanudar la política de motines contra el poder británico mientras duren las negociaciones. Por tanto, todos los miembros del Congreso encarcelados (incluyendo a Nehru, por supuesto) son puestos en libertad en enero de 1944, lo cual alarma a los musulmanes. A cambio de que los líderes del Congreso no reclamen la independencia inmediata ni se pronuncien por la neutralidad, las autoridades británicas hacen pública su intención de dar la independencia (no la mera autonomía) a la India a corto plazo, aunque mantienen el control militar.

   El 20 de febrero de 1944, mientras Stafford Cripps sigue negociando en Delhi con los partidarios de una India unida independiente, el mariscal alemán List entra al frente de su grupo de ejércitos en Teherán desde el Cáucaso conquistado a los rusos seis meses antes. La guerra está a punto de llegar a las fronteras occidentales de la India. Es la circunstancia crítica que lleva a Jinnah a tomar su decisión.

  Lo primero que hace Jinnah, por prudencia, es trasladar su residencia a Peshawar, en el extremo occidental de la India, muy cerca del reino de Afganistán (y de las guerrillas pastunes). En Afganistán no le faltan aliados y, si las cosas se ponen feas, podrá pasar a este reino independiente y neutral que también está planeando declararse “"no beligerante”" en la guerra, el paso previo a la adhesión al Eje.

  El 25 de febrero, recién instalado en Peshawar y sabiéndose vigilado por los británicos, Jinnah comunica a los agentes nazis en Afganistán que la Liga Musulmana está dispuesta a sublevarse y a proclamar de inmediato el Pakistán independiente. Ahora anuncia que lo harán en cuanto las tropas alemanas alcancen la frontera de la India. De momento, Teherán está aún un poco lejos, y los caminos del este de Persia son largos y difíciles. Pero la conspiración ya está en marcha y los demás líderes musulmanes indios aceptan la supremacía de Jinnah. En estos momentos preside el gobierno afgano el antiguo ministro de economía Abdul Majid Zabuli, que ya en 1940 había mostrado simpatías por el bando nazi. Cuenta, por supuesto, con la aprobación del joven monarca Zahir Shah y el apoyo entusiasta de casi todas las tribus afganas, muchas de ellas emparentadas con los pueblos musulmanes de la URSS que aspiran a liberarse del yugo ruso.

  A medida que la presencia alemana se consolida en Afganistán, más dirigentes de la Liga Musulmana presionan a Jinnah para que dé el paso definitivo hacia la sublevación: los afganos están presentando peticiones territoriales a los nazis, haciendo peligrar el diseño de las fronteras establecido por el Raj británico -línea "Durand"-. Los afganos, favorecidos por los nazis ante el retraso de la Liga Musulmana en posicionarse, podrían anexionar territorios que los "pakistaníes" reivindican como propios, por ejemplo, todas las comarcas pobladas por pastunes en la frontera del Noroeste (lo que incluye el Waziristan), la región de Quetta (antiguo khanato de Kalat) y el puerto de Gawdar en Beluchistán...

  En los días siguientes de finales de febrero y principios de marzo de 1944, aviones nazis comienzan a aterrizar de forma regular en los escasos aeródromos de Afganistán (aunque los primeros vuelos ya se produjeron en el otoño de 1943, desde Bakú, conquistado por los nazis en septiembre). No transportan tropas, sino personal de las fuerzas aéreas, de comunicaciones, ingenieros, observadores militares y agentes negociadores llegados directamente desde Alemania que son bien recibidos por las autoridades afganas. En Kabul, la Liga Musulmana abre una especie de embajada secreta. Mientras tanto, el mariscal List envía algunas unidades móviles hacia el este de Persia (los nazis toman Mashad el 19 de marzo). Aquí y allá hay escaramuzas con las tropas soviéticas, pero nada especialmente grave. Más bien el problema principal para el avance alemán hacia Oriente es de tipo logístico: grandes distancias, pésimas carreteras, montañas, desiertos, escasos aeródromos. Las tropas rusas no son tan gran problema, puesto que se repliegan hacia el propio territorio soviético de Asia Central (donde ellos mismos temen una sublevación musulmana antirrusa). En cuanto a las tropas angloamericanas en Persia (el 10 ejército británico y el nuevo 3 ejército americano en formación) éstas se cierran también más y más en torno a las costas del Golfo y por lo tanto se mantienen a distancia de los movimientos alemanes tierra adentro hacia Afganistán.

  Entre las avanzadillas del ejército de List que llegan hasta Afganistán se encuentra un batallón completo de musulmanes indios. Estos hombres son en su mayoría antiguos prisioneros de guerra capturados por Rommel dos años atrás, integrados entonces en la Legión India del "Azad Hind", el gobierno de "India libre" liderado por Bose. A diferencia del ejército indo-británico, los soldados de Bose carecían de unidades étnicamente diferenciadas, pero a medida que se agudiza el giro promusulmán de los nazis se cambia repentinamente esta política y la gran mayoría de hindúes de la "Legión India" acaban como trabajadores forzados en Alemania. Los que llegan a Afganistan a finales de marzo de 1944 son, por tanto, los primeros hombres del futuro ejército pakistaní. A mediados de abril están acuartelados en Kabul, donde se ponen a las órdenes de Jinnah y la Liga Musulmana. En cuanto Afganistán se adhiera al Eje, invadirán la India musulmana al otro lado del paso Khyber. Para entonces ya se les habrán unido voluntarios procedentes del subcontinente indio que se sumarán a las valiosas guerrillas de los pastunes del Waziristan.

  Tras la conquista de Teherán, el grupo de ejércitos persa del Eje se ha reducido, limitándose ahora al poderoso 1 Panzerarmee y al ejército turco móvil, mientras los otros dos ejércitos alemanes que tomaron parte en la conquista de Teherán (el 17 Armee y el 21 Armee) son entregados al mando de Rommel en Bagdad. Durante la primavera de 1944 estos dos ejércitos alemanes van posicionándose cada vez más cerca de la costa persa, el 17 Armee haciendo contacto con los ejércitos británicos 10 y 9 (éste, reconstituido tras la destrucción del anterior 9 ejército en el norte de Irak, en diciembre), y el 21 Armee, más reducido y ligero (ejército de montaña), posicionándose contra el 3 ejército americano que se está formando ya en los límites del Baluchistán, cerca de la casi impracticable frontera suroeste de la India (el 3 ejército norteamericano toma como base logística el muy ampliado puerto persa de Busher).


  Persia (Iran), el puerto de Bushehr y la proximidad geográfica del futuro Pakistán (India musulmana) y la costa malabar (costa occidental de la India)


  Pero, mientras se producen estos movimientos amenazadores, el virrey de la India, el mariscal Lord Wawell, no permanece pasivo. Está perfectamente informado, por sus espías, de la conspiración musulmana. La mudanza de Jinnah a Peshawar no le ha pasado desapercibida. Asegurándose de la lealtad de la policía india, los británicos se ven capaces de adelantarse a la conspiración. A ruegos del virrey y de los comandantes militares, Londres accede a enviar una división británica de refuerzo a la India. La división 36 de infantería, que estaba de camino al Golfo Pérsico (para contribuir a la reconstitución del 9 ejército) llegará a Calcuta a mediados de marzo, pero las autoridades imperiales no van a esperar a su llegada para reaccionar.

  El 4 de marzo, el virrey y sus hombres dan el golpe: la Liga Musulmana es declarada fuera de la ley y cientos de sus dirigentes mayores y menores son arrestados. Pero Jinnah no es capturado. Avisado a tiempo, atraviesa el paso de Khyber y entra en Afganistán, después de llevar instalado en Peshawar poco más de una semana.

  Lord Wawell ha ganado la primera escaramuza, pero él sabe que las decisiones sobre el futuro de la India no puede tomarlas él. De hecho, tampoco puede tomarlas Churchill….

  Fuera de estos cambios, que son importantes, las negociaciones con el Partido del Congreso y otras organizaciones partidarias de la India unida se ven sometidas a más zozobras, y apenas tres días después de que la Liga Musulmana sea declarada fuera de la ley, se desencadena (el día 7 de marzo) la ofensiva japonesa desde Birmania que llegará a ser conocida como la batalla de Imphal y que en pocas semanas penetrará hasta los estados orientales de la India de Manipur y Nagaland.


                                     La ofensiva japonesa en el este de la India, 1944


  Esta suma de hechos llevan a que el Partido del Congreso alcance finalmente un acuerdo con los aliados, a pesar de que eso le enfrenta al Ejército Nacional Indio de Bose (aliado con los japoneses) y a los pacifistas de Gandhi, que quieren mantener la neutralidad.

  El 16 de marzo de 1944, el virrey de la India, lord Wawell, comunica el traspaso de poderes al gobierno provisional de la India, presidido por Nehru: la India es ya independiente, lo que se proclama en medio de grandes festejos promovidos por el Partido del Congreso.

 
                                                      Bandera de la India independiente

   Casi de  inmediato, se comunica tanto el reconocimiento por los Estados Unidos del nuevo estado independiente (el más poblado del mundo, pues China sigue dividida) como la declaración de guerra de la India a las potencias del Eje. Así pues, finalmente la nueva India unida no es neutral. Nehru y el Congreso han acabado por reconocer el peligro de la rebelión musulmana en ciernes.

  El 9 de marzo, por otra parte, Afganistán se ha declarado “no beligerante”, y poco después tropas móviles alemanas llegan a la frontera afgana con Persia. Miles de voluntarios musulmanes que pretenden luchar contra los británicos en la India comienzan a cruzar la porosa frontera.

Afganistan, un estado independiente durante la segunda guerra mundial con difíciles comunicaciones

   Todo indica que va a comenzar una guerra de guerrillas en las montañas a partir de bases en Afganistán, tanto en la frontera noroeste india (contra los británicos), como en la frontera norte con la URSS (contra los rusos). A los aeródromos afganos llegan regularmente fuerzas de la Luftwaffe transportando armas, personal y otros cargamentos de valor estratégico. Aviadores alemanes llegarán incluso a volar desde Kabul a la China ocupada por los japoneses, tanteando la creación de rutas aéreas de contacto con Japón permanentes.

    El 22 de marzo, los japoneses atraviesan la frontera de la India desde Birmania. Dos días después los germanoitalianos cierran el Mar Rojo, lo que puede significar otra amenaza contra la India, al quedar expuesto el tráfico marítimo en el Océano Índico, vital para la supervivencia de los aliados en la zona (en realidad, la flota británica, con sus bases en Adén y en la isla de Socotora, logrará cerrar el paso a cualquier incursión de la flota del Eje en el Índico).

    Lo primero que necesita el nuevo gobierno indio es asegurar el control del Ejército (que sigue utilizando a cientos y miles de uniformados británicos como oficiales, suboficiales y técnicos). Nehru quiere retirar las cinco divisiones indias que luchan en Occidente (cuatro en el Golfo Pérsico y una en el Sudán) para que contribuyan a la defensa de la India (y al mantenimiento del orden público) pero Roosevelt logra convencerlo de que no lo haga antes de que lleguen más tropas norteamericanas para reemplazarlas (no olvida insistirle en que el ejército norteamericano está alcanzando ahora su mayor capacidad y fortaleza). Por otra parte, las deserciones y motines de los partidarios del Pakistán comienzan a producirse por doquier en los acuartelamientos del ejército de la nueva India independiente, aunque todavía no han comenzado los enfrentamientos armados a gran escala.

  En el este de la India, el 14 ejército británico (ahora, anglo-indio), al mando del general Slim tiene que enfrentarse a la ofensiva japonesa que el 6 de abril ha rodeado ya a las guarniciones aliadas de Imphal y Kohima. Slim también solicita que se envíe a la frontera birmana cuanto antes a las divisiones indias del Golfo Pérsico, que son las mejor armadas y entrenadas. Slim solo cuenta con una división británica (la 2) y ocho divisiones indias de fiabilidad variada.

   Mientras tanto, en el bando del Eje, y siguiendo instrucciones de Berlín, los japoneses han desarmado al Ejército Nacional Indio, arrestado a Bose, su líder político, y pasado a apoyar ahora los planes nazis de desmembramiento de la India. El resultado es que, si bien la desarticulación del Ejército Nacional Indio supone algún perjuicio para los japoneses, son muchos los soldados indios musulmanes, sikhs y gurkhas del 14 ejército británico que comienzan a desertar y son bien acogidos por las tropas del Imperio Japonés. Japón está ahora resignado a ser un aliado útil a los intereses alemanes, abandonando por ello su desconfianza frente al poder musulmán.

  Los acontecimientos siguen sucediéndose en Asia. El día 10 de abril comienza la ofensiva nazi contra el Asia Central soviética desde Persia, y el 17 de abril Japón declara la guerra a Rusia y ataca Siberia Oriental.



  En esta coyuntura, Hitler da su aprobación a un plan preciso para sembrar el caos en la India. El interés de los nazis es, por una parte, borrar del frente del Golfo Pérsico a las cinco divisiones indias que quedan luchando contra Alemania y, por otra parte, hacer que Japón gane la guerra en India y China. Para ello, lo mejor es que la India estalle en una lucha de todos contra todos.

  Hitler reconoce al Pakistán musulmán, pero no solo eso: anuncia que los sikhs también tendrán su propio estado en el Punjab (Khalistan). Entre los movimientos y proyectos de nuevos estados en el subcontinente indio que apoya Hitler se menciona también el movimiento dravidiano, del sur de la India, el “Dalitstan -el estado de los intocables o dalits-, el Nepal de los gurkhas y hasta a los tibetanos (fuera de la India). Estos designios del Führer (al que en la India muchos ya consideran una especie de divinidad, para algunos diabólica) son conocidos mundialmente por una alocución pública del 25 de abril de 1944, en el contexto de un discurso extenso de Hitler que se refiere a lo que espera a los pueblos imperialistas como Inglaterra. El Führer recuerda que él siempre ha apoyado la autodeterminación de los pueblos, y puede demostrarlo, asegura, por la liberación que ha procurado ya a marroquíes, egipcios, sirios o turcomanos….

   En Kabul, Jinnah acepta el trato que le ofrecen los nazis por el cual el nuevo estado de Pakistán solo sufrirá dos cesiones territoriales pequeñas para beneficio de los afganos: la cesión de once mil kilómetros en la frontera Noroeste (región pastún de Waziristán) y el uso del puerto de Gawdar en Beluchistán por parte del Reino de Afganistán, que así contaría con una salida del mar. Los nazis se comprometen a construir un ferrocarril de Gawdar a Kabul, y a cambio de ello tendrán derecho a establecer una base naval conjunta de la Kriegsmarine en el Océano Índico en la que participarán las futuras Marinas pakistaní y afgana. A cambio de tan modestas cesiones a los afganos, el nuevo Pakistán dominará la tercera parte del territorio del antiguo Raj británico, incluido el gran enclave de Hyderabad en el centro de la India. En total, los nazis conceden al nuevo estado indomusulmán algo más de un millón de kilómetros cuadrados, la Unión India se quedará con algo más de dos millones y medio, once mil kilómetros irán a Afganistán y el Estado Sikh -Jalistán- se quedaría con casi doscientos mil kilómetros. Estos cambios fronterizos, obviamente, causarán terribles trastornos en cuanto a desplazamientos de población...

  Dirigentes políticos indios como Tara Singh (líder Sikh), Periyar (líder de los dravidianos) y Ambedkar (líder dalit) quedan en una situación compleja, pues ellos no han conspirado y, de momento, apoyan al Partido del Congreso. Pero pronto cada facción tomará las armas. Los sikhs, cuyo líder militar pro-japonés es Mohan Singh, evidentemente, se pasarán al Eje, que les ofrece un nuevo y rico estado independiente. Dravidianos y dalits no tendrán más salida que optar por los aliados.

  Todo, sin embargo, no es malo para los antinazis: la invasión de Siberia Oriental por los japoneses, al menos, anima a los chinos -que se sienten menos amenazados debido al desvío de atención de las fuerzas japonesas hacia Siberia- a enviar tropas a Birmania, con objeto de detener la ofensiva japonesa en Imphal: el gobierno chino pondrá todo su esfuerzo en mantener la única ruta por la que puede recibir suministros aliados. Si los japoneses están ocupados en la guerra contra los rusos, en el norte, los chinos podrán aprovechar este respiro para cooperar con los anglo-indios en el sur.

  Gracias a la intervención china, el 14 ejército británico logra, de momento, resistir en Imphal.

  Pero la situación, que apenas comenzaba a estabilizarse tanto en el frente de Birmania como en el frente interno (al fin y al cabo, el Partido del Congreso cuenta aún con muchos apoyos), se deteriora de nuevo para los aliados cuando Afganistán, finalmente, se une al Eje el día 10 de mayo. Para entonces ya hay bases de la Luftwaffe creadas apresuradamente en el remoto país del centro de Asia, y Rommel mismo visita Kabul y se entrevista con el rey de Afganistán y con el líder indomusulmán Mohamed Jinnah, su muy agasajado huésped. La visita de Rommel se conoce el día 14 de mayo, y el día 15, ahora sí, estalla abiertamente la rebelión armada en el Punjab, a cargo de militares musulmanes y sikhs sublevados. El contingente pakistaní llegado a Afganistán ha aumentado casi al tamaño de una división con las demás tropas que los alemanes van enviando vía Teherán (todos ex prisioneros indomusulmanes, y también algunos gurkhas y sikhs), más la poderosa guerrilla pastún y los voluntarios y desertores del ejército de la India que van llegando por la frontera. Es el inicio de la guerra civil india. De momento, el ejército de la India unida, con apoyo británico, mantiene todas las posiciones estratégicas importantes.

    Los japoneses lanzan una nueva ofensiva contra Imphal (15 de mayo) y, para subrayar su acuerdo con los alemanes, declaran la independencia de los musulmanes del sur de Filipinas, a los que convierten en aliados del Eje (Confederación Musulmana del Sur de Filipinas). Ya antes (11 de mayo) han entregado el poder en Indonesia al líder musulmán antiimperialista Sukarno. Poco a poco, pues, todos los gobiernos asiáticos antiimperialistas se van liberando de la tutela japonesa, tomando al lejano Hitler como protector, sobre todo los musulmanes, pero no solo ellos.

  La consecuencia inmediata de la rebelión en el Punjab, que pronto se extiende a toda la India, sobre todo a las regiones musulmanas, es que Nehru ordena el inmediato retorno a la India, sin más dilación, de las cinco divisiones “occidentales” cuya partida se ha ido posponiendo desde marzo a la espera de la llegada de las divisiones norteamericanas de reemplazo (la 66 y la 104 norteamericanas para el 10 ejército británico, y la 106 para el ejército de Arabia). Con esta retirada de cinco divisiones de infantería veteranas, la defensa aliada del Golfo Pérsico se debilita apreciablemente.

  Los norteamericanos se niegan a proporcionar transporte a estas tropas, cada vez menos efectivas debido a las deserciones, motines y creciente indisciplina, y entonces los soldados indios deciden abandonar a pie el frente. En total, se trata de una división que se encuentra en pleno desierto árabe, otra cerca de Basora, dentro del 8 ejército británico, dos que están en Persia, dentro del 10 ejército británico, y otra en el Sudán.

  Muchos temen que Rommel aproveche para atacar… pero Rommel tampoco tiene los medios para ello, debido al gran número de ofensivas que los alemanes están emprendiendo en tantos frentes, y debido al esfuerzo que están haciendo los norteamericanos para robustecer sus unidades en el Golfo. De todos modos, parece que la visita de Rommel a Kabul ha demostrado ser suficiente, de hecho, para borrar las cinco divisiones indias aliadas que se enfrentan a su ejército…

    El 31 de mayo fracasa el último intento del 14 ejército británico para liberar Imphal. El general Slim comunica a Londres que todo lo que puede esperarse es salvar, gracias a la retirada, a la 2 división británica (la única integrada solo por europeos). El apoyo de las tropas chinas no es suficiente, dado que el ejército indio se está desintegrando por los motines, enfrentamientos fratricidas y deserciones.

   El 8 de junio, tropas afganas y pakistaníes atacan Peshawar, en el oeste.

  El 20 de junio se rinde Imphal a los japoneses, el 22 cae Peshawar en manos de los musulmanes, haciendo Jinnah de esta ciudad la primera capital del Pakistán (aunque ya ha anunciado que su aspiración es situar su capital en Lahore, en el Punjab, quedando la vecina ciudad de Amritsar como la capital del nuevo estado Sikh). Ese mismo día 22 la flota japonesa rehúye a los norteamericanos en el Pacífico y se instala en Singapur, para cortar las comunicaciones navales aliadas en el Índico y sentenciar con ello la guerra en la India. También el 22 se rinde Kohima: el ejército japonés está ya listo para penetrar en la región de Assam cuya propia población musulmana ahora va a recibirlos como libertadores.




 
  La guerra civil continuará sobre todo en las regiones del Indo y el Punjab, hasta acabar subsumida en los acontecimientos bélicos de los meses de junio y julio de 1944 en el resto del mundo. A finales de junio, también ha muerto el mahatma Gandhi al término de una huelga de hambre llevada a cabo como protesta por las luchas étnicas.

ooo

  La guerra civil india estalló en la realidad en 1947, después de que se pactase la partición de la India ente la Unión India y el Pakistán al retirarse los colonizadores británicos (gobernaban entonces en Londres los laboristas, tras perder Churchill las elecciones de 1945, pese a haber ganado la guerra). Puesto que la Unión India tenía el ejército más grande, los pakistaníes hubieron de aceptar un territorio menor que aquel al que aspiraban. Los sikhs y los gurkhas, así como los demás grupos, apoyaron la India unida.

  En esta historia alternativa, el apoyo de Hitler a los musulmanes, y la necesidad de los japoneses de mostrarse dóciles con los designios hitlerianos, llevaría a que los pakistaníes tuviesen mejores opciones. Además, es lógico que los nazis deseen que la India quede lo más dividida posible. No habría tenido sentido, por ejemplo, que sikhs y gurkhas (los más valiosos soldados del ejército anglo-indio) apoyasen al bando que parece que va a ser el perdedor.

  Los japoneses nunca se interesaron por la cuestión religiosa. En todos los pueblos de Extremo Oriente que ocuparon gustaban de proclamar, en cambio, su apoyo al anticolonialismo. En Indonesia y Birmania instauraron regímenes nacionalistas que, pese a la derrota del Japón, perdurarían tras la guerra. Apoyaron a la India unida tal como proponía Bose, el líder disidente del Partido del Congreso, y es ahí donde en esta historia los japoneses deben aceptar un cambio, al pasar ahora a apoyar a los musulmanes y a todas las fuerzas separatistas posibles (sikhs, drávidas,… incluso dalits).

  De las más de veinte divisiones indias (todas formadas por voluntarios) que lucharon con los aliados durante la segunda guerra mundial, solo seis lo hicieron al Occidente de la India y fuera de sus fronteras. De hecho, nunca lucharon a la vez más de dos divisiones indias contra los ejércitos europeos del Eje. Dos divisiones indias participaron en la conquista de Etiopía en la primavera de 1941, y durante 1944 y 1945 otras dos divisiones indias estuvieron luchando en Italia. 

  La participación india más destacada fue la de la 4 división india que luchó en El Alamein, si bien esta división india era bastante "anglo-india", pues en cada una de sus tres brigadas había un batallón totalmente británico, así como su artillería y, por supuesto, la gran mayoría de los mandos. Entre las tropas indias, como se ha hecho constar en el presente episodio de la historia alternativa, los hindúes (más del 70 % de los cuatrocientos millones de indios) eran minoría frente a la suma de musulmanes, sikhs y gurkhas. De ahí que en esta historia Hitler no dude en apoyar a los musulmanes.

  En la realidad, el 10 ejército británico, mayoritariamente indio, defendió Persia mientras persistió la amenaza nazi en Próximo Oriente y en el Cáucaso. Era una unidad no muy poderosa, dadas las exigencias de los otros frentes que detraían los mejores medios disponibles. Se suponía que si los alemanes lograban llegar tan lejos estarían ya debilitados y esa amalgama de divisiones indias mal armadas y otras unidades heterogéneas (como los soldados polacos que Stalin había entregado a través de Asia Central) podría tal vez imponerse por superioridad numérica.

  En cuanto al 14 ejército británico de Birmania al mando del general Slim, éste tuvo un desempeño brillante en las campañas de 1944 y 1945 pero en este curso alternativo de la historia se vería muy debilitado. En la realidad, era un ejército casi completamente indio, con solo una división británica (la 2), tres divisiones africanas y eventualmente contaba con el apoyo de los soldados chinos desde el norte. En esta historia, faltarán, por supuesto, las divisiones africanas, y las divisiones indias se hallarán desgarradas por la inminente guerra civil, en la cual cada soldado tendrá que elegir su propio camino de acuerdo con su origen étnico y religioso. Es de suponer que habría motines, robos de armas, abandonos y deserciones al enemigo japonés, que estaría siguiendo las indicaciones de Hitler sobre favorecer a los enemigos de la India unida.

   A pesar de eso, y tal como se ha indicado en el relato, se contará, al menos, con dos circunstancias favorables para los aliados: la primera, que, al no producirse la ofensiva Ichigo contra el sudeste de China (debido a que lo que hay en su lugar es la invasión japonesa de Siberia), los chinos podrían hacer una mayor contribución al esfuerzo aliado en Birmania, y la segunda, que los japoneses tienen que disolver al Ejército Nacional Indio de Bose,… aunque es verdad que éste nunca fue ni muy numeroso ni muy valioso en el combate durante las batallas de 1944 en la región de Imphal.

8 comentarios:

  1. Te voy esta vez a hacer un envite a la grande, usando para ello a Arnold J. Toynbee:
    La política exterior del Reich, o sea, la de Hitler, se demostró que estaba basada únicamente en deglutir o asimilar la mayor cantidad de territorios posibles para anexarlos a la Gran Alemania. Por eso no hubo "estrategia periférica", pq Hitler no estaba interesado, ni interés en un tratado de paz con Francia, p.ej., o en sumar colaboradores en en Este de Europa donde los recibieron como libertadores. (Políticas que defendía Rosenberg, cada vez más apartado de la jerarquía nazi precisamente por ello)
    Con ésto en mente, ¿Hitler iba a conceder independencias a nadie? Muy magnánimo planteas el poder alemán. Si ya en 1941-42 estaban en plena Ubris de superioridad racial, imaginemos el escenario que planteas con una continuación de victorias de Alemania
    Creo que esa Ubris siempre llevaba al Némesis, de una forma o de otra. Es más, esa sucesión de victorias sorprendentes y hasta las resistencias finales, no se explica sin esa "voluntad" a la que apelaba Hitler y que impregnaba al ejército alemán.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Ciertamente, Hitler pudo haber ganado la guerra siguiendo el consejo de Rosenberg para convertirse en el libertador de Ucrania (ese tema lo toco en mi "anexo" "Todavía más tarde"), pero es un hecho que Hitler sí fue el "libertador" de algunas naciones eslavas, como Eslovaquia y Croacia. En cuanto a los musulmanes, la política pro-musulmana de Hitler no es ninguna especulación mía. A los israelíes aún hoy les gusta hacer ver que Amin el Husseini (de quien Yassir Arafat era sobrino) fue un activo líder musulmán aliado de Hitler.

    Donde admito que es más discutible el asunto es en el tratado de paz con Francia. Yo personalmente pienso que en las circunstancias que pongo aquí, muy ciegos tendrían que haber estado los petainistas para no darse cuenta de que, con el Mediterráneo cerrado y España en la guerra, Francia tendría que ofrecerle algo a Hitler para poder mantener su estatus de potencia secundaria en Europa. Pero en todo caso, que Francia firmara ese tratado o no tampoco habría sido decisivo.

    ResponderEliminar
  3. Hola max crig.

    En vista de los hechos sucedidos estos días con la victoria taliban tras la retirada estadounidense de Afganistán, me he estado informando al respecto y encontré un hilo de Twitter escrito por un conocido experto geopolítico español, Pedro Baños, autor de los libros Asi se domina el mundo, El dominio mundial y El dominio mental.

    En dicho hilo expone los antecedentes de Afganistán para explicar porque Afganistán esta como esta actualmente, y me encontré con en el siguiente tuit que muestra el tamaño del reino afgano en 1880 (https://twitter.com/geoestratego/status/1426578675739336704).

    Como veras, entonces Afganistán controlaban las actuales provincias pakistanies de Baluchistán (por lo que he leido, esta con cierta autonomia en forma de kanato de Kalat, aunque en algunos textos se señala que ya en 1818 se rebeló exitosamente a los afganos, logrando entonces su independencia) y de Jaiber Pastunjua (en ingles Khyber Pakhtunkhwa, de reciente denominación, pues antes de 2010 era conocida como la Provincia del Noroeste, que incluía la ciudad de Peshawar y el conocido Waziristan, asi como otras zonas pakistanies de mayoria pastun).

    Señalo todo esto porque en tu ucronia, las autoridades afganas del momento podría haber aprovechado sus tempranas simpatias por el Tercer Reich y sus aliados (en 1941 se vieron obligados a expulsar a los técnicos alemanes que habían contratado en 1933 para modernizar el país atrasado por presiones británicas, una decisión del entonces primer ministro -el principe Mohammed Hashim Khan, tio del entonces joven rey Mohammed Zahid Shah, que fue primer ministro desde noviembre de 1929, cuando aun vivia su hermano mayor, el rey Mohammed Nadir Shah que fue asesinado en noviembre de 1933, hasta mayo de 1946; por tanto, aunque no fue regente si se le podría considerar como tutor político del joven rey- que fue impopular en el pueblo afgano) para recuperar los territorios perdidos en las guerras anglo-afganas del siglo XIX (donde es verdad que lograron mantener su independencia, pero a cambio de perder territorios de mayoria pastun -la etnia mayoritaria de Afganistán y de la gran mayoria de la elite afgana- que pasaron primero al Raj británico y luego al Pakistán independiente tras la partición india), sufriendo un destino similar al de Siam/Thailandia (que también luchó contra potencias coloniales y pudo mantener su independencia, a costa de perder territorios como Laos, Camboya y trozos que ahora forman parte de Malasia y Birmania; motivo por el que se alió con los japoneses para poder recuperar parte de esos territorios perdidos).

    Lo que propongo es que Afganistán (con el visto bueno de Hitler) pueda reconquistar Jaiber Pastunjua y Baluchistán (en el actual Afganistán también existe una minoria baluchi, asi que no habría problema de adaptación), aprovechando la guerra civil india. De esa manera recuperaría sus territorios perdidos y obtendria la vital salida al mar que necesita un país tan necesitado.

    ResponderEliminar
  4. PD: Ten en cuenta los siguientes datos:

    -Hasta 1958, la actual ciudad portuaria paquistani de Gwadar era un enclave del sultanato de Oman (protectorado británico), cuyo sultan vendió ese año el enclave a la nueva república por un millón de dolares. Oman es el único reino árabe con pasado colonial maritimo, pues poseía Zanzibar y parte de la costa africana del Indico, pero tras una crisis sucesoria en 1856, los británicos "convencieron" a la familia real para dividir el sultanato, permitiendo la independencia del sultanato de Zanzibar.

    -El principe Mohammed Daoud Khan (primo hermano y cuñado del rey, fue un reformista que el rey colocó como primer ministro entre 1953 y 1963, pero en 1973 derrocó al propio rey -que entonces estaba de vacaciones en Italia; el rey aprobó una Constitución en los años 60 que restringía la entrada de miembros de la familia real en el gobierno para establecer una monarquia parlamentaria a lo islámico y un ritmo más gradual para las reformas de lo que pretendía el reformista Daoud Khan para que la sociedad tradicional afgana las aceptase mejor-, pero no para coronarse como nuevo rey sino para instaurar una república que él gobernó dictatorialmente hasta su muerte en 1978 en la revolución comunista de Saur) siempre buscó la recuperación de lo que él llamaba Pastunistán (las provincias pakistanies de Baluchistan y Jaiber Pastunjua), provocando numerosos conflictos diplomáticos con Pakistán (especialmente en su etapa de primer ministro; como presidente republicano decidió no incidir en ello para acercarse a Pakistán y EEUU, y asi alejarse de la influencia de la vecina URSS, que temía que el vecino Afganistán se convirtiese en otro vecino enemigo como era el Irán pro-occidental del sha Mohammed Reza Pahlevi derrocado por la Revolución Islámica de 1979). Por tanto, debió de existir esas pretensiones irredentistas en los años anteriores pero no se manifestaron tan claramente en OTL porque significaría enfrentarse al poderoso imperio británico, que ya había derrocado los gobiernos persa e iraquí.

    -Aunque la etnia pastun es mayoritaria en Afganistán, acercándose al 50% de la población (aunque algunos medios lo bajan a entre el 38% y el 42%), en realidad hay más pastunes pakistanies que afganos, a pesar de que los pastunes son la segunda etnia de Pakistán (donde los punjabi representan el 45%, los pastunes el 15% y los sindi el 14%). Desconozco los datos de los años 30-40, pero actualmente hay unos 43.5 millones de pastunes pakistanies frente a unos 15.4 millones de pastunes afganos.

    Es una situación similar a lo que sucede con la etnia tayiko, la segunda más numerosa en Afganistán, pues en Afganistán representan entre el 20% y el 27% de la población que serian entre 9.5 y 11.5 millones, mientras que en el independiente Tayikistán post-sovietico representan una clara mayoria etnica (86%) con unos 6.8 millones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Viriatox:

      He leído con interés tus observaciones. Lo que más me ha interesado es el tema de una reivindicación afgana de "salida al mar". Es un tema recurrente en el nacionalismo y la geopolitica (casos como Polonia, Austria o Bolivia...) y por eso he estado mirando más cosas, aparte del mapa del señor Baños. Me ha sorprendido que no aparezca en el artículo sobre el conflicto territorial entre Pakistan y Afganistan
      https://en.wikipedia.org/wiki/Durand_Line#Territorial_dispute_between_Afghanistan_and_Pakistan

      Aquí lo que aparece es el conflicto del territorio pastún (Waziristan). En la parte del kanato de Kalat, sí es cierto que se menciona el enclave de Gwadar https://en.wikipedia.org/wiki/Gwadar

      Así que lo que se me ocurre es que, en esta historia, Hitler no va a favorecer Afganistan para perjudicar al proyectado estado indomusulmán de Pakistán. Desde el punto de vista estratégico, lo fundamental para Hitler es que la Liga Musulmana "pakistaní" arruine la India y retire de la guerra las divisiones del ejército anglo-indio, y Jinnah, el líder pakistaní, no iba a aceptar una mutilación tan grave de su territorio (el mapa del señor Baños). Por otra parte, el pobre reino de Afganistán podría hacer algunos servicios al Eje pero nunca uno tan valioso como lo que una rebelión de los indomusulmanes podría llevar a cabo (aniquilar el ejército anglo-indio).

      Lo que se me ocurre ahora, gracias a tu sugerencia, es lo del puerto de Gwadar... Hitler podría ofrecer a los afganos (aparte del lote habitual de armas modernas, tecnología etc) una componenda para que el reino de Afganistán pueda hacer uso del puerto de Gwadar bajo ciertas condiciones (que incluirían, claro está, una base naval de la Kriegsmarine en el Oceano Índico) que no fueran onerosas para la soberanía pakistaní. Creo que algo parecido es lo que queda pendiente entre Chile y Bolivia https://es.wikipedia.org/wiki/Controversia_sobre_la_negociaci%C3%B3n_mar%C3%ADtima_entre_Bolivia_y_Chile#Argumentos_de_la_postura_chilena

      Voy a añadir un parrafito en este sentido. Pongamos que, sin cesión de soberanía, se reconocen "derechos históricos" del reino de Afganistán para el uso del puerto de Gwadar, bajo la supervisión del Reich. Quedaría así como un medio más de control político por parte de la temible superpotencia mundial. Gwadar es un lugar muy remoto y es probable que los pakistaníes aceptaran una solución de ese tipo a cambio de un Pakistán más amplio y poderoso que el actual. Eso lo veo viable, pero no un cambio de la "línea Durand", la frontera afgano-pakistaní actual.

      Ya me has dado una sugerencia para una pieza nueva para mi rompecabezas... jeje Gracias, pues.

      Eliminar
    2. Gracias por tu rapida respuesta.

      Aunque tiene sentido lo que mencionas, soy de la opinión de que a Hitler y sus aliados indios no deberian salirle todo tan bien en este aspecto. Y para ello, creo que el gobierno afgano, desde que comienza el avance aleman por Persia y ocurre la victoria de Bagdad, debería apoyar "abiertamente" a las guerrillas de Faqir Ipi en el Wazaristan y mostrar una política exterior cada vez más agresiva, solicitando la devolución de sus antiguos territorios (el actual Jaiber Pastunjua y el Baluchistan, al que se le daria cierta autonomia) en vista del fin proximo del Raj británico.

      En público, hasta podrían mostrar su disposición a apoyar al bando que le satisfaciera esas ambiciones territoriales (si los británicos cediesen, se terminarían las guerrillas antibritánicas en Waziristan, que seguramente habrian sido un incordio mucho peor de lo que fueron en OTL por la deriva pro-Eje de esta SGM; e incluso algunos aliados podrían pensar que ese Afganistán ampliado podría servir como un perfecto estado tapón/incordio para el Eje, recordando la ferocidad innata de los afganos si alguna unidad extranjera pisaba su territorio sin ser invitado), pero todos sabrían que el pueblo afgano era pro-Eje.

      Por tanto, los afganos querrían satisfacer sus propio irredentismo y, siendo conscientes de los planes nazis para atraer a la Liga Musulmana de Jinnah (después de todo, los afganos serían los principales correos de tales propuestas), para evitar que Jinnah y los suyos se les adelantasen, en cuanto List llegue a Teheran, ellos declararian la guerra al Raj británico por su cuenta para lograr su ansiada revancha contra los británicos.

      Los alemanes se verían sorprendidos (quizás les recuerde el desaguisado que Mussolini les puso en Grecia y que obligó a Hitler a invadir los Balcanes y retrasar Barbarroja), pero podría justificarse la reacción afgana ante el entusiasmo generado por las victorias del Eje entre los distintos pueblos islámicos y respetarían las ambiciones territoriales de Afganistán, puestos que estos podrían aducir que Jinnah y los suyos no se han rebelado aun, y a que solo están haciendo el Anschluss pastun (y el Baluchistan con su ansiada salida al mar) de territorios arrebatados anteriormente por los británicos, recordando a los nazis que Jinnah pretende una nación musulmana multietnica, que más pronto que tarde estallará por luchas interetnicas por autogobierno (previendo lo ocurrido en OTL con Bangladesh), por lo que sería un socio menos fiable y estable que un ampliado Afganistán, donde la etnia pastun tendría un dominio similar al que los persas tienen sobre Iran.

      Mientras tanto, el temprano ataque afgano podría despertar el nacionalismo indio y quizás gran parte de las otras minorias religiosas y sociales (sij, dravidianos, musulmanes unionistas, etc) a los que Hitler ofrecerá independencias plenas se vean seducidas por una contraoferta aliada de que la Unión India independiente seria una con/federación con una amplia descentralización para satisfacer la autonomia de esas minorias y mantener la unidad india, que abandonaría su neutralidad ante el ataque afgano.

      Por otra parte, esta situación podría hacer que los japoneses se guardaran el as del Ejército Nacional Indio de Bose, pero no lo desarticularian, por si acaso. No obstante, aunque Hitler se este convirtiendo en un paladin del islam, no veo la necesidad de que Japón admita la independencia de Mindanao (las Filipinas musulmanas), cuando -aprovechando la amplia colonia española y que la España franquista esta en el Eje desde el verano de 1942-, podría cambiar su cariz antiespañol para mantener la paz social en el archipiélago y centrarse más en la lucha contra los aliados, aunque para ello tenga que darle algo más de autonomia al gobierno filipino titere. Si permitiese la independencia de Mindanao, Japon se enfrentaría a una mayor resistencia interna en el resto de Filipinas.

      Saludos.

      Eliminar
  5. PD: Por otra parte, también esta la particularidad del puerto de Gwadar, que en ese momento era del Sultanato de Oman, el cual entonces era un protectorado británico.

    Este país tiene varias particularidades, como el ser la única potencia arabe moderna con posesiones coloniales propias (ya mencione su relación con el sultanato de Zanzibar), pero también es el estado de la peninsula arabiga más antiguo existente (desde 751) y tiene su propia concepción religiosa, siendo el único país de la peninsula arabiga donde no domina el islam suni (mayoritario en todos los paises musulmanes salvo Persia/Irán y sus vecinos iraquies y bareinis), pero tampoco son chiitas. Los omanies son ibadies, una doctrina que se implanto exitosamente también en el Magreb y en Barein durante la Edad Media, pero que actualmente solo domina en Oman, en Zanzibar y en algunas tribus bereberes de algunos oasis y montañas de Argelia, Tunez y Libia.

    Menciono todo esto porque, quizás, ante la perspectiva de perder su única posición ultramarina, algunos decidan ofrecerse a los alemanes para rebelarse y ser la cabeza de puente del Eje en la peninsula arabiga, ante la imposibilidad de conquistar Basora. Y quien sabe si las autoridades religiosas ibadies ven esto como una oportunidad para extender su doctrina a los lugares sagrados de Medina y La Meca.

    Además, en aquella epoca se llamaba sultanato de Mascate y Oman, porque habia dos figuras: el sultan de Mascate (Mascate es la capital, y el sultan controlaba la capital y la costa) y el iman de Oman (que controlaba el interior desertico). Ambos solian enfrentarse entre si por poder, aunque el final vencia el sultan por el apoyo británico (tenian un tratado de amistad desde finales del siglo XVIII y un protectorado desde finales del siglo XIX).

    Los alemanes podrían querer acercarse al sultan para atraerlo al Eje y convertirse en el primer socio de la peninsula arabiga con todos los beneficios que podria suponer; o acercarse al iman (Muhammad ibn Abdullah Al Khalili), que podría vengarse asi de los británicos pero tiene el inconveniente de que no tiene ningun control sobre algo de la costa omani, a diferencia del sultan (además, hay más información sobre el sultan, que entonces era Said bin Taimur desde 1932, cuando abdicó su padre por razones financieras, heredando un sultanato endeudado; que sobre el iman).

    ResponderEliminar
  6. Bueno, un poco para cerrar la cuestión de Afganistán, y a falta de más información histórica detallada, creo que este país, que hoy destaca como "poco integrado" a nivel estatal, debía de serlo menos aún en 1944, de modo que no creo que emprendiese una ambiciosa campaña expansiva para constituir un "Gran Afganistán". Por otra parte, los alemanes siempre estarían mucho más interesados en conseguir el apoyo de los indios antibritánicos (musulmanes, sikhs y gurkhas, cuando menos). Me parece más realista que todo el mundo esperase lo más posible a la oportunidad para sacar tajada. Igual que sucedió en Centroeuropa, cada uno (Bulgaria, Rumania, Croacia...) se llevaría su "pedacito" y aunque el reparto siempre podría dar lugar a conflictos (como entre Hungría y Rumanía, por ejemplo), mientras el amo nazi estuviera a cargo del reparto todos se estarían quietecitos a la espera de la oportunidad. Sin duda el reino de Afganistán querría expandirse y los indomusulmanes -Pakistán- querrían conservar las antiguas posesiones del Raj pero mientras estuviese en juego el interés estratégico del Eje, todos aceptarían el reparto que hiciera Hitler.

    Y muchas gracias por lo que me cuentas de Oman, realmente interesante, aunque en esta historia, los aliados dominarían ese territorio totalmente por su valor estratégico y solo se irían una vez el Tratado de Paz dejara a los pueblos musulmanes de Asia bajo la proteccion de los nazis.

    ResponderEliminar